Dossier peñas 1978
Dossier peñas 1978
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Medios informativos: así lo vieron
Los medios informativos, vehículos llevaderos del pan noticiable de cada día, se ocuparon, lógicamente, del suministro esperado, ansiado y dolido por todos, de la realidad de los acontecimientos. Sólo que la realidad, he aquí una vez más la demostración, varia considerablemente según el color del cristal con que se vea. Veamos:
He aquí lo que relataban nuestros periódicos y semanarios:
(Nota del editor: por razones técnicos tenemos de momento sólo un artículo disponible. Los demás se publicarán en cuando se solucionan estas limitaciones)
* Diario de Navarra
* Egin
* Deia
* El Pensamiento Navarro
* Punto y Hora
* Interviu
* Fuerza nueva
* Lecturas
* La Calle
* Sabado grafico
* Cambio 16
* Extranjeros
* La Semana
Pruebas y declaraciones (1)
Este capítulo, creemos les sorprenderá. Son palpitaciones, sensaciones y realidades firmadas con nombre y apellidos y hasta con D.N.I. Pero para evitar represalias de cualquier tipo, guardamos los datos personales en el secreto del sumario, poniéndolo a disposición de la justicia si con datos aqui expuestos se puede aclarar hechos.
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«Atendiendo a la invitación que, por los medios de difusión han hecho las PEÑAS DE MOZOS DE PAMPLONA, relacionadas con los desgraciados sucesos ocurridos el día 8 del presente Julio, al finalizar la segunda corrida de fiestas, me creo en la obligación de manifestarles:
Me encontraba en el patio de caballos al ser arrastrado el último toro de la corrida de esa tarde, cuando desde dentro de la plaza de toros se escucharon gritos. Inmediatamente salí a comprobar lo que allí ocurría. En una gran pancarta se podía leer AMNISTIA. Había una gran confusión. Unos aplaudían y otros silbaban.
En un tendido de sombra había una bronca, en el que un grupo se estaban pegando. Habrá que señalar que de estos incidentes, a lo largo de muchos años, he visto infinidad de ellos, y que gracias a los buenos oficios de quienes se encuentran cerca, siempre terminan satisfactoriamente, y sin que nadie se sintiera excesivamente ofendido.
En el tema que nos ocupa, también el problema iba amainando. Yo me atrevería a decir que estaba solucionado, pues el grupo había subido a la grada y por supuesto ya no se pegaba, sino que discutían solamente y sí había logrado el que los espectadores de tendidos altos, gradas, tendidos bajos y también los del ruedo, encontraran el denominador de nuestras fiestas, pues los gritos de ¡SAN FERMIN, SAN FERMIN! eran unánimes.
Y es en ese preciso momento cuando las fuerzas de la policía armada irrumpen de forma violenta en el ruedo, apaleando a quienes se encuentran por delante sin tener en cuenta que allí estaban también nuestros chavales que, como es costumbre de siempre, llegan al ruedo para salir bailando bajo las pancartas de las distintas Peñas, y lo hacen al mismo tiempo que disparan pelotas de goma, botes de humo. El momento no es de confusión sino de pánico. Algo tan desgraciado como real.
A la enfermería llegan heridos. De todo tipo. Desde el mozo y la persona mayor que se han visto sorprendidos por la brutal actuación de la policía armada, hasta alguno de los propios policías que son llevados por los mismos que sufren este incomprensible atropello.
El hecho de vivir estos momentos de pánico y angustia, me obliga a decidirme intentar llegar hasta el Gobierno Civil y manifestar al Gobernador la gran indignación del pueblo de Pamplona. Esta decisión es consecuencia de que a instancia de dicha autoridad, mantuve una charla ocho días antes de fiestas para hablar de las mismas. Mi experiencia como pamplonés, y también como presidente de la Comisión Especial para las fiestas de San Fermín durante dos años seguidos, me permitió decirle que NO SACARA LAS FUERZAS DEL ORDEN PUBLICO A LA CALLE. Me sentía defraudado y apaleado, pero nunca en mi persona, sino como ciudadano de Pamplona.
No fue fácil llegar hasta el Gobierno Civil, y confieso que quizás solo, nunca habría llegado, pero junto a un mozo y gracias a sus ánimos, llegamos. Inmediatamente fuimos recibidos por el Gobernador, a quien le hicimos saber nuestra repulsa por cuanto habíamos visto en la plaza de toros.
Nos hizo saber que EL LO HABÌA VISTO TODO y ESTABA EN TOTAL DESACUERDO CON LA ACTUACION DE LA POLICIA ARMADA.
Inmediatamente fueron llegando representantes de las Peñas, así como miembros de los diferentes partidos políticos. Puesto que yo no representaba a nadie, quise marcharme del Gobierno Civil, pero a instancia de algunos representantes de las Peñas me quedé, ya que interpretaron en aquellos momentos, que podía hacer algo.
Gracias a las gestiones de cuantos allí nos encontrábamos, conseguimos que los detenidos salieran a la calle, sin poder señalar ni concretar la hora.
Hubo personas -Peñas y partidos políticos- que salieron con el objeto de intentar hablar con los que estaban en la calle. Regresaron impotentes al logro del fin previsto, puesto que la indignación podía tanto, o más, que la prudencia.
Mi familia tuvo que hacer noche en tres casas distintas. Sobre la una y media de la mañana salimos del Gobierno Civil. El aspecto era desolador. Yo que padecí nuestra guerra, y que los recuerdos de chaval no dicen nada en su favor, tengo que reconocer que las calles de Pamplona en esa noche, eran una auténtica desolación.
Finalmente, quiero dejar constancia de que cuanto en este escrito se hace alusión, lo hice de forma personal y voluntariamente en la persona del Subdirector General de Seguridad. A la sugerencia de si quería estar con él, contesté de inmediato que lo consideraba como una obligación. Por supuesto no omití nada, sino que por el contrario le di mi impresión de cuanto sucedió el mencionado y desgraciado día, y por supuesto lo hice con una gran indignación, aunque con toda objetividad. El haberlo logrado es otro tema distinto.
Considerando haber aportado lo que todo pamplonés está obligado a hacerlo, quedo a disposición de esa Comisión, deseándole los mejores éxitos a la consecución de lograr un total esclarecimiento de los sucesos del citado día 8 de julio de 1978».
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«Declaro que: dos o tres días antes de San Fermín, viniendo en el exprés de la noche desde Madrid, dos cadetes de la Escuela Militar de Toledo me dijeron que venían a Pamplona a fiestas.
Dos o tres veces «van a ver los vascos», y que tenían que pasar unos días en Pamplona y luego ir a San Sebastián y que eran enviados o aconsejados, al menos lo entendí así, en esto quedé plenamente persuadido.»
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«En el atardecer del día 8-7-78, presencié cómo varios policías armados situados en la Avenida Carlos III, lado de los números impares, diciendo «navarros, hijos de puta», dispararon contra el edificio del Palacio Foral, de la Diputación Foral. Los impactos fueron a la parte alta del edificio, ventanales y balcones, rompiéndose cristales. Creo fueron los primeros desperfectos que sufrió el edificio. Mostraron saña y parecían como enloquecidos contra todo lo que suponía simplemente, Navarra.
En la noche del 9 al 10, en el sector de Mercaderes, charlé con una persona a la que sonsaqué ser militante de «Fuerza Nueva» de Zaragoza. Posteriormente le ví en un grupo que, en esa noche, arrasaron el Banesto de Chapitela.
En mi vehículo NA-…, sufrí varios golpes en la parte trasera, con abollamiento de chapa y rotura de faros. Estaba aparcado en Carlos III.»
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Pruebas y declaraciones (2)
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«Desde mi localidad, de Gradería alta, sección 4, pude ver, con indignación, la entrada de la Policía Armada en la plaza de toros. a cuyo frente iba una persona sin uniformar, que posteriormente por los testimonios gráficos publicados en la prensa he podido comprobar que se trataba del Comisario Sr. Rubio.
Durante los sucesos ocurridos en el interior de la plaza de toros, vi también como otra persona sin uniformar, situada en tendido, debajo del palco presidencial, esgrimía una pistola, con la que, por lo menos, hizo un disparo hacia personas que se hallaban en la barrera del ruedo. Inmediatamente de esta acción varias personas, especialmente una señora situada bastante cercana al individuo de la pistola, atacaron a este último con cuantos objetos tenían a su alcance y viéndose obligado a huir al exterior del tendido.
Posteriormente, alrededor de la 1 de la madrugada, y al intentar dirigirme a casa desde un establecimiento público cercano al cruce de las calles Bergamín y Leyre, se nos acercaron al grupo de 5 personas que íbamos, dos individuos esgrimiendo pistolas que hasta entonces se hallaban con la Policía Armada situada en el citado cruce de calles, y nos obligaron a regresar al punto de partida aduciendo que por ellos no había inconveniente en que cruzáramos la calle, pero que en la otra esquina había varias personas efectuando tiros con ametralladora contra la Policía.
En principio volvimos sobre nuestros pasos, pero inmediatamente, ante la inexistencia de señales de tiros a que hacían referencia, pero sí en cambio viendo que únicamente eran ellos los que los efectuaban, volvimos a salir, indicando a la Policía que no creíamos que les estaban atacando con fuego real y que el único problema para cruzar la calle eran sus propios tiros.
Por ello les pedimos cruzar sin utilizar ellos las armas, tras acceder, pasamos la calle sin ningún problema. Inmediatamente pudimos comprobar como, efectivamente, no había nadie armado hacia donde disparaba la Policía, ni prácticamente tampoco ninguna persona, por lo que no comprendimos la cantidad de disparos de todo tipo, que estaban haciendo, porque nadie les incordiaba siquiera.»
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«Entrando por el callejón con unos amigos, una vez finalizada la corrida, al ruedo de la plaza de toros, entró la policía después golpeándome con una porra, haciéndome caer al suelo. En el suelo siguieron golpeándome, pegándome un culatazo en la cabeza, necesitando urgente asistencia médica y necesidad de operación quirúrgica, cuyo certificado presento del Hospital Provincial.»
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«Declara que: en la tarde de dicho día, fue a los toros junto con unos amigos suyos integrándose en la Peña de la que forma parte (La Única), permaneciendo allí hasta finalizar el tercer toro, en que junto con otros compañeros bajaron a merendar.
Que estuvieron ausentes de la Peña hasta el final de la corrida, momento este en que subieron de nuevo con el fin de unirse al resto y bajar al ruedo y cuando abrieron las puertas por las que salen todas las Peñas, entraron los niños como es costumbre para unirse a la salida de las Peñas de los mayores.
Que en ese momento más o menos, saltaron al ruedo unos quince o veinte jóvenes con una pancarta haciendo alusión a la libertad de los presos, originándose un tumulto en uno de los graderíos, entre personas de distintas ideologías, que viendo esto las Peñas comenzaron a gritar «SAN FERMIN, SAN FERMIN», con el fin de que no se estropeara la fiesta. Que fue en este momento cuando hizo su aparición la Policía Armada cargando contra toda persona que se encontraba en el ruedo.
Que a partir de este instante se creó un gran confusionismo entre toda la gente y que fue entonces cuando notó en la espalda, a la altura de la paletilla izquierda, un impacto y que gritando por el dolor cayó al suelo, en la arena del ruedo, y que serían aproximadamente las 21 horas.
Preguntado por el Señor Instructor para que diga si sabe quién disparó, desde dónde, y así como el número de Policías Armados que entraron en la plaza, MANIFIESTA:
Que en los primeros instantes fue atendido por dos mozos de las Peñas sin que pueda precisar quiénes eran, que le llevaron a la enfermería de la plaza y desde allí en ambulancia al hospital Provincial donde quedó ingresado.»
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«Estando en el tendido 6 y ante la entrada de las F.O.P., acudí a localizar a mi hermano de 6 años que entró con su Peña, y cuando estaba en el burladero recogiendo a varios niños, una pelota de goma me ocasionó la lesión física: traumatismo craneal basal.»
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«Encontrándome el día 8-7-78 en la Plaza de Toros una vez finalizada la corrida y estando en el tendido 2, vi la entrada de las F.O.P. a disolver a unos jóvenes que discutían por una pancarta que se encontraba en el ruedo. Momento en que todas las Peñas en los tendidos cantaban «SAN FERMIN, SAN FERMIN».
Una vez que disolvieron hacia el burladero a todos los mozos del ruedo, con lanzamiento de bolas de goma y botes de humo, pude ver aunque existe documento gráfico posterior, cómo un agente sacaba su arma reglamentaria y vaciaba el cargador de la misma en un momento en que el único hostigamiento que sufría era el lanzamiento de almohadillas, ya que se encontraba debajo de los tendidos de sombra.»
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«Una vez finalizada la corrida, y estando en el ruedo la pancarta de amnistía, cuando todas las peñas entonaban «SAN FERMIN», bajé al ruedo, donde me encontraba cuando las F.O.P. entraron en el mismo.
Una vez que todos los pamplonicas habían sido desalojados del mismo, quedaron cuatro o cinco agentes rezagados, a uno de los cuales le pegaron cuatro o cinco mozos me acerqué en el momento que el agente sacaba su pistola reglamentaria, que le fue quitada de una patada.
A dicho agente se le trasladó a la enfermería de la plaza por 6 mozos de distintas peñas.
Vuelto al ruedo encontré junto a la visera del casco del agente su pistola que cogí del suelo, descargándola de las balas que llevaba y deshaciéndome de la misma. A la salida por el patio de caballos fui cacheado por el cabo de la puerta. Declaración que hago para que conste que el agente llevaba la pistola cargada con balas reales y que fue sacada delante de todos nosotros.
Otro acontecimiento poco explicable es la falta de actuación de las F.O.P., ante el incendio de la Diputación, la falta de apoyo al servicio municipa1 de bomberos, cuando momentos después de haberse ido los mismos, acudieron a disolver a toda la Plaza del Castillo. Habiendo estado los bomberos por lo menos 20 minutos delante de la Diputación.»
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«Solamente fui testigo de la brutal entrada de las F.O.P. en la plaza de toros de Pamplona al finalizar la corrida del 8-7-78, siendo víctima mi esposa de una fuerte intoxicación por botes de humo, teniendo que ser ingresada en la Clínica Universitaria.
Por este motivo, también comprobé la existencia de otros heridos de bala, también por las citadas F.O.P.»
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«Estaba en el tendido 5 cuando la pancarta pasó debajo, hacia sombra. Al llegar a la altura del tendido 3, les empezaron a tirar almohadillas y diversos objetos. En compañía de X. X. se dirigió por delantera de grada hacia el tendido 3 con el propósito de impedir que continuasen arrojándoles cosas.
Una vez allí, discutieron con un individuo de unos 30 años de edad que acababa de tirar una almohadilla, no pasando el incidente de ser un enfrentamiento dialéctico.
Entonces y en el tendido 3, poco más abajo de donde se encontraba el declarante, un sujeto de unos 40 años, vestido con traje gris y camisa blanca suelta, tiró al ruedo, hacia donde se encontraban los de pancarta, una botella que alcanzó de lleno a uno del grupo.
Automáticamente reaccionaron varios de los acompañantes del agredido subiendo hacia el lugar del agresor que, acompañado de una señora, trataba de huir escalando la barandilla de grada. En este punto el declarante sujetó al citado individuo forcejeando con él e inmovilizándolo. Llegaron varios de los que subían del ruedo que le propinaron golpes en la cara.
Ayudado por otros mozos con blusas de peña separaron a los más exaltados del individuo en cuestión y le instaron a que fuera de allí cuanto antes por su propio bien.
En el momento que ya se marchaba por las escaleras y todo estaba ya calmado, irrumpieron los policías armados en el ruedo, confundidos entre el grupo de «txikis» que llegaban entonces procedentes del callejón y empezaron a golpear indiscriminadamente disparando pelotas y botes de humo.
A los pocos minutos el declarante vio cómo el oficial que mandaba la sección (llevaba gorra y no casco), disparaba su pistola apuntando, ignorando el destino de los disparos.»
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Pruebas y declaraciones (3)
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«Estando en la plaza de toros de Pamplona, el día 8 de Julio de la vandálica y desproporcionada actuación represiva de las llamadas fuerzas del orden público que entraron disparando a discreción sobre el público allí presente, uno de los miembros de estas fuerzas, después de caer al suelo, fue hasta la salida del callejón que la al exterior, y desde allí efectuó por lo menos cinco disparos del arma de fuego que llevaba en la cintura sin que quepa la menor duda de que estaba realizando fuego real.
Intentado salir mi acompañante y yo por la puerta encima del patio de caballos y bajando las escaleras que dan acceso a la bajada del Labrit, fuimos objeto otra vez de disparos de botes de humo que disparados al interior de las escaleras hacían imposible la respiración, por lo que nos vimos obligados a volver a subir las escaleras y salir a la terraza situada encima del patio de caballos y que lleva a las gradas de sol y sombra, principalmente.
Al estar las fuerzas asaltantes en el patio de caballos y vernos de pie, realizaron numerosos disparos de pelotas de goma y botes de humo sobre nosotros, obligándonos a tirarnos al suelo y tener que andar reptando por el mismo. Aliado nuestra, a un señor, ante la situación y sin poder ni aceptarlo ni admitirlo y principalmente soportándolo, sufrió un fuerte ataque de nerviosismo con convulsiones agudas y pérdida total de razón.
Cuando creímos que podíamos salir sin riesgo de la plaza, lo hicimos acercándonos hacia el callejón y pudimos ver claramente que una peña, intentando a mi juicio calmar la situación un poco, salió por el callejón con música propia de San Fermín, y bailando, siendo recibidos con más disparos de botes de humo y de bolas de goma, recibiendo nosotros parte de esos disparos, por lo que tuvimos que refugiarnos de nuevo en la plaza, metiéndonos esta vez en un cuarto interior perteneciente a los servicios de la plaza.
Estaríamos unas veinte personas intentando respirar, pues los gases del humo disparado, entraban hasta el interior. Había niños de seis a nueve años refugiados allí. Oímos claramente más disparos hasta que alrededor de las diez de la noche, se oyeron varios silbatos y como los disparos no cesaban, voces que gritaban órdenes. Eran las 10,15 cuando logramos salir de la plaza.»
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«Fui testigo presencial de la brutal agresión de la policía en la plaza sin razón alguna, pegando, disparando pelotas y botes de humo, ante una multitud asustada y muchos niños, en el ruedo, que acababan de entrar en él.
Vi como un policía sacaba su pistola en el ruedo y disparaba a los tendidos. Salí de la plaza como pude, entre disparos y botes de humo. Junto a mí, vi caer un chico herido, sin que nadie pudiera ayudarle, pues no dejaban de disparar. Después lo llevaron al parque de bomberos donde iban llegando ambulancias que recogían a los heridos.
Al llegar a casa, que está junto al Gobierno, tuve que entrar con las manos en alto, pues guardias y gente vestida de paisano con pañuelo rojo, casco gris y pistolas disparaban a todos que pasábamos.»
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«Estando presenciando la corrida correspondiente al día 8 de Julio de 1978, y al finalizar la corrida, saltaron al ruedo unas 15 personas con una pancarta, siendo recibidos por la mayoría de los asistentes con pitos, por lo cual estas personas hicieron intención de retirarse.
En ese momento desde las localidades de sombra, les empezaron a tirar objetos y a continuación entraron las F.O.P. a pelotazo limpio y botes de humo, que al principio iban sobre los tendidos de sol, pero acabaron indiscriminadamente contra todo el mundo.
Al hacerles retirarse, la gente, debido a que les hizo frente como pudieron, las F.O.P. sacaron las armas de fuego real disparándolas.
Yo mismo fui apaleado por un miembro de las F.O.P., al tratar de proteger con otros chicos a otro miembro del F.O.P. que estaba caído en el ruedo.
Al día siguiente cuando me dirigía a mi casa con otro amigo, al doblar una esquina, nos encontramos con las F.O.P. y como recibida nos dieron gran cantidad de culatazos, teniendo que ser salvados de los culatazos por un sargento que iba con ellos.»
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«El día 8 alas 9,30 ó 10 de la noche a la altura de Orbaiceta, en Carlos III, me sorprendieron botes de humo y pelotazos (iba con el coche) y balas reales, dos de las cuales hicieron impacto en mi coche Soy inválido de las dos piernas y por lo tanto permanecí indefenso en el coche, hasta que un muchacho joven y fuerte abrió la puerta del coche y cogiéndome en volandas me sacó de allí.
Presento factura de arreglo del coche por valor de 4.295 ptas. (un conmutador). Aparte de esto, están los impactos de los proyectiles.»
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«El día 8 de Julio, tras tener que salir precipitadamente de los alrededores de la plaza de toros, donde me encontraba con mis dos sobrinos esperando la terminación de la corrida, tuve que refugiarme, junto con varios miembros de mi familia, en la Avda. de Roncesvalles, en una casa, y desde allí fuimos testigos de los siguientes hechos:
Tras las primeras explosiones y momentos de confusión en las proximidades de la plaza de toros, las F.O.P. llegaron a la esquina de Roncesvalles con Carlos III, en su primera manzana, donde se encuentra el Banco Zaragozano, teniendo que bajar de sus coches, para continuar, una vez retiradas las barricadas, por Carlos III hacia el Gobierno Civil, al que se había encaminado una gran muchedumbre, superados los primeros momentos de pánico.
Desde los balcones pudimos observar. cómo el Gobierno Civil era rodeado por coches, autobuses y camiones de las F.O.P.
Con posterioridad, la policía armada fue bajando por Paulino Caballero, disparando botes de humo y pelotas de goma con gran profusión, llegando a perderse la visibilidad. En esos momentos se escuchó un primer disparo, seco, cuyo sonido era totalmente diferente al producido por los disparos de botes de humo y pelota de goma.
Tras una ambulancia, para cuyo paso se retiraron los coches cruzados, llegaron las fuerzas especiales (pañuelo rojo al cuello) a la confluencia de la Avda. Roncesvalles con Paulino Caballero disparando pelotas de goma y botes de humo. Permaneciendo en el lugar con la misma actitud, disparando principalmente en dirección a Carlos III. Dada la poca distancia que había entre ellos y nosotros oímos a los policías gritar con voces exaltadas exclamaciones como «cabrones…».
Disparaban a los balcones pelotas de goma, sin que en esos momentos viesen en ellos a nadie, ya que nos habíamos refugiado tras las persianas.
Tras un tiempo que no puedo precisar, el jefe del grupo tocó el silbato indicando que volvieran a los coches, sin que los agentes obedeciesen sus órdenes, continuando disparando en todas las direcciones pelotas y botes de humo. Marchándose a continuación del lugar, quedando una atmósfera irrespirable debido a los gases.
Tras unos momentos de calma se escucharon golpes, ruidos de cristales que caían, sirenas de alarma de los bancos cercanos.
Nuevamente, volvieron por Paulino Caballero en la dirección de la circulación, iban avanzando varios, a pie, delante de los coches disparando pelotas de goma y botes de humo, cayendo uno muy cerca del depósito de petróleo allí existente, corriendo un mozo, con gran riesgo a retirar el bote, con el fin de evitar el incendio del depósito y de los coches que lo rodeaban.
Otro grupo de policías llegó por Paulino Caballero, pero esta vez en dirección contraria ala circulación actuando en el mismo sentido que los anteriores.
En un cierto momento, que podía ser entre las 10 y las 10,20, uno de los miembros de la policía armada que, se encontraba en la Avda. Roncesvalles, zona central, a mano derecha en dirección a Carlos III, pero siempre entre los árboles, comenzó a disparar con una metralleta u otra arma similar.
Los disparos eran secos, muy diferenciados en cuanto al sonido, de los de pelotas y botes, pudiendo verse los fogonazos con perfección ya que dada la hora, había comenzado a oscurecer. El policía avanzaba al tiempo que seguía disparando. Fueron varias las ráfagas, éstas, no puede decirse que se dirigiesen a lo alto, sino al frente, y con posibilidades de dar a cualquier persona que pudiera cruzar en aquella dirección.
Al mismo tiempo, otro policía, con una pistola en su mano, disparaba. Se hallaba situado a mano izquierda de la Avda. Roncesvalles, siempre en dirección a Carlos III, y fuera del espacio ocupado por árboles y coches. Este policía no iba a la misma altura de su compañero, sino unos pasos más atrás.
Hay que tener en cuenta que, en aquel momento no había ante nuestros ojos otros seres que los policías, por lo que, en ningún momento, éstos se vieron acorralados, ni se escuchaban otras voces o ruidos que las suyas o las producidas por sus armas.
No pude ver como caía herido de muerte Germán, ya que en aquellos momentos no podíamos asomarnos, pues hubiera sido algo temerario. Pero sí cuando, a los pocos momentos, no lo puedo precisar con exactitud, dado el largo tiempo que permanecimos en el lugar, y una vez que se fueran las F.O.P., oí como gritaban «un coche, un coche», y salí al balcón viendo como entre dos mozos, vestidos de pamplonica, llevaban a otro herido, con parte de la cabeza tapada,. se podía ver su sangre, giraron a mano derecha por Paulino Caballero hacia Cortes de Navarra, e introduciendo en un coche, que, tras pasar algunas barricadas, no excesivamente grandes, en Cortes de Navarra continuó por esta calle tocando la bocina.
Vi también cómo un mozo pasaba doliéndose de alguna herida o contusión a la altura de la cintura. Después varias personas recogieron gran cantidad de casquillos que se encontraban en el lugar.
La policía con posterioridad volvió a aparecer en Carlos III, quedando un microbús a la altura de Roncesvalles.
Hacia las 11,15, en un momento de calma, salimos uno por uno de la citada casa, encaminándonos hacia García Ximénez, en dirección a Yanguas y Miranda, donde teníamos aparcado el coche.»
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Pruebas y declaraciones (4)
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«A los pocos segundos de estar los policías en la puerta del Gobierno, aparecieron dos personas, una de paisano y otra de pamplonica, se colocaron casco y porra y empezaron a dirigir a los demás policías.
Al rato una persona de paisano y sin que le atacaran, disparó con su pistola en la puerta de la Iglesia de San Antonio.
Así mismo bastantes personas de paisano (mezcladas entre los policías) con los jerseys atados a la cintura donde escondían el arma, disparaban cuando mejor les parecía y nunca en defensa propia.
Un policía armada, al encasquillársele la pistola de pelotas, hizo uso del arma. Hacia las doce de la noche, dos personas vestidas de pamplonicas detuvieron, le pegaron y metieron al Gobierno a un mozo.
Todo esto lo vi desde la ventana de mi casa.»
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«Tras la corrida de toros y la entrada injustificada de las F.O.P. salí y fui, tras cenar en Baserri, y las carreras en San Nicolás, llegamos a la Plaza del Castillo y cuando intentábamos recoger el vehículo, tras varios pelotazos de goma y botes de humo, se acercaron de 10 a 15 policías, y tras varios insultos, abrimos la ventanilla del coche, y un policía de azul con chaleco antibalas, me hizo salir del coche, y me pegó con un fusil en la cabeza, a continuación recibí una serie de golpes contundentes que me hicieron heridas diversas, en ojo izquierdo, y la cabeza.
Me sorprendió escuchar entre los distintos golpes, cuando me apuntaban con un fusil, a uno de los policías decir: «Mátalo, dispara, es un hijo de puta».»
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«El domingo, día 9, después de media noche la policía tomó las calles del casco viejo de Pamplona, desalojando salvajemente a sus habitantes disparando bolas de goma y botes de humo y gases lacrimógenos, al mismo tiempo que golpeaban a todo ciudadano que voluntaria o involuntariamente se encontraba en la calle.
El hecho concreto observado se localizó en la calle San Nicolás, donde los números de la Policía Armada, destrozaron la puerta y cristalera del restaurante Otano disparando a su interior pelotas de goma que destrozaron aparatos eléctricos, y botes de gases lacrimógenos. Seguidamente, obligaron a los vecinos, con amenazas de disparar, a cerrar puertas y ventanas manteniendo este estado de terror hasta altas horas de la noche.
Dos muchachos, que después de cenar en el restaurante San Nicolás se hallaban guarecidos en dicho portal, pues era imposible transitar por la calle, fueron violentamente cacheados, y a pesar de estar documentados y también avalados por el dueño de dicho restaurante, teniéndolos con las manos en alto y puestos contra la pared, los golpearon brutalmente con las culatas de sus fusiles; esto entre ocho o diez policías.»
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«Dieron 5 botes de humo en ventanas del chaflán de mi piso, penetrando uno de ellos y provocando incendio en el salón y despacho de mi domicilio, afectando a la biblioteca, mobiliario y enseres en general de las dos habitaciones; teniendo que intervenir los bomberos, para sofocar el siniestro.
Imposible dar estos datos, por encontrarse estas dos habitaciones afectadas, en período de reconstrucción y carecer de momento de facturas por reparación.»
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«Un bote de humo y varias pelotas de goma hicieron impacto en el automóvil matrícula NA… con abolladuras varias por valor de 50.000 ptas.
El coche estaba aparcado en Carlos III en la zona donde la «batalla» era mayor.»
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«Los hechos acaecidos han proporcionado a la empresa «Arrain, S.L.», la cantidad aproximada de 600.000 ptas. de pérdida, por los productos de pescado que no se han podido dar salida por los hechos referidos, ya que el negocio se refiere a restaurantes de la ciudad.»
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«Teniendo el vehículo aparcado en la Avda. Carlos III, 25, sufrí daños cuyo importe asciende a 30.000 ptas. Daños por pelotas de goma y piedras.»
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Pruebas y declaraciones (5)
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«Estimados señores:
Escribo esta carta con la esperanza de que sirva para esclarecer un poco más los hechos ocurridos en Pamplona. Aunque los hechos trágicos no han terminado (explosión en la Peña «Alegría de Iruña») no cejen en su empeño, todo el mundo les apoya.
No voy a empezar mi narración desde mi llegada a Pamplona (llegue esa misma tarde), pues esto se haría bastante largo; así que comenzaré desde momentos antes a mi detención.
Momentos antes de mi detención caminábamos mi novia y yo junto con otra pareja con la que hicimos amistad momentos antes. El otro chico, que era de Lérida, y yo fuimos a buscar su coche que estaba aparcado cerca del Gobierno Civil (detalle que lo averigüé cuando me soltaron) y nos tropezamos con miembros de las F.O.P.; preguntamos a uno de ellos a ver si podíamos pasar a coger el coche, y nos dijeron que aquello estaba muy «feo» y que fuéramos por la calle paralela hacia abajo a buscarlo, pero que anduviésemos con cuidado.
Regresamos junto a nuestras novias y volvimos a dejarlas, ya que fuimos de nuevo a buscar el coche. En el camino nos encontramos con algunos miembros de las F.O.P. pero no nos hicieron nada, pero al doblar una esquina nos salió un miembro de estas fuerzas apuntándonos con una ametralladora.
Nadal (que así se llamaba el de Lérida), trató de hablar con él, como lo hizo con el anterior pero lo único que consiguió fue que a ambos nos condujeran hacia un nutrido (10 ó 12 me supongo) grupo de miembros de esas fuerzas. Nos pusieron con las manos encima de un coche y las piernas separadas y nos preguntaron a ver si éramos de fuera. Yo contesté que sí y desde entonces comenzaron los golpes.
Me quitaron el carnet de identidad y la cartera, y cuando averiguaron que era de Gernika comenzaron a golpearme aún más fuerte ya llamarme cosas como «sucio vasco», «venís a joder los sanfermines, a nosotros los Navarros»…
Momentos después de muchos golpes e insultos, uno de ellos me dijo que pusiera las manos con la palma hacia arriba, y entonces me dijo que tenía «barrillo» en las manos de tirarles piedras y con todo esto me dio un puñetazo en la cara.
Este me llevó a golpes unos 50 metros (más o menos) y me metió en una comisaría (era el Gobierno Civil, cosa que yo no sabía) donde me entregó aun policía de paisano. Como no vi a Nadal, me supuse que le habrían soltado y cuando salí me enteré que ni siquiera le habían tocado (por ser de Lérida).
Ya dentro traté de explicar lo ocurrido, pero lo único que conseguí fue que apareciesen más policías de paisano dedicándome nuevos insultos con cara desafiante.
Después de escribir algo, me llevó a otra habitación donde pidió una orden de ingreso (que no sé si la firmé o no, pues cuando estábamos en la celda unos decían que la habían firmado y otros que no) y luego me llevó a las celdas donde me dejó junto con el ingreso. Allí me quitaron el reloj, las cuerdas de las botas, el pañuelo, las monedas y la cartera. Me leyeron una carta de mi novia que tenía en la cartera y me la devolvieron junto con el dinero que tenía en billetes.
Firmé lo que había entregado y me metieron en una celda. Dentro había dos personas, una de las cuales pedía un Hospital, pues tenía un brazo enyesado y sangraba por el.
No nos dieron mantas y en el transcurrir de la noche entraron otros 6. Por lo tanto el domingo a la mañana estábamos en la celda 9 personas. No nos dieron nada de comer hasta las 4 de la tarde (un bocadillo de sardinas realmente asqueroso) y después de que nos dieran de comer, como veíamos que iba para largas, nos tratábamos entre todos como buenos amigos.
A uno le sacaron porque era militar, ya otros dos también, aunque no sabíamos por qué. Al día siguiente a uno de estos dos lo vimos en otra celda. Quedábamos en la celda 6, pero al francés (el que pedía un hospital) lo sacaron al anochecer del domingo por los fuertes dolores que tenía.
Nos quedamos 5 esa noche y no sabíamos nada de lo ocurrido fuera, sólo uno de nosotros sabía (parece que se rumoreó) que había habido dos muertos. Preguntamos a los guardias y por fin uno de ellos nos dijo que sí, que uno era un ladrón y otro un niño de 10 años, hijo de un médico. Más tarde (al día siguiente me parece) otro nos dijo que había un muerto y que era un militante de E.T.A. VI; nosotros no sabíamos nada más.
El lunes era el día en que nos dijeron que íbamos a salir, por eso nuestra sonrisa cuando nos llamaban uno por uno, pero lo que ocurrió fue que nos ficharon a todos (fotografías y huellas digitales). El lunes por la tarde el grado de desesperación de algunos fue tan grande que se pasaron toda la tarde tocando el timbre de la celda, por lo que a dos de nosotros los metieron en otras celdas.
Quedábamos 3 en la celda y teníamos un poco más de miedo, ya que sacaron a uno de Asturias ya uno de Cáceres y quedábamos en la celda uno de Rentería, uno de Llodio y yo. Esta circunstancia nos extrañó mucho. Además, cuando entramos la noche del sábado las celdas estaban repletas de gente y en ese momento (lunes), no quedaríamos más de 9 en todas las celdas. Sabíamos que saldríamos el martes por la mañana (aunque sea hasta el juzgado) y por ello el lunes por la noche decreció nuestra tensión.
A las 3 de la madrugada me sacaron a declarar. Firmé mi declaración y me llevaron de nuevo a la celda. A mis compañeros les ocurrió lo mismo y a eso de las 10 de la mañana nos sacaron de la celda, nos dieron nuestras cosas, nos esposaron y nos metieron en un furgón. Nos condujeron al Juzgado donde estuvimos esperando esposados dos a dos. Estábamos 8, cinco de los cuales (Los que estuvimos en la celda la segunda noche de nuestro encierro) acusados de tirar piedras…, otro me parece que de revender entradas de toros y los otros dos de tener droga.
Cuando entramos en el Juzgado de Instrucción n.º 2 firmábamos una nueva declaración y reafirmábamos la hecha a la policía. Una vez pasados por el Juez (menos los dos de la droga), nos dijeron que estábamos libres. Con todo, aquí terminó un suceso que nunca debió de ocurrir, aunque por desgracia este fue uno de los sucesos más leves ocurridos en Iruña en estos últimos sanfermines.
Terminado aquí mi relato, no me queda más que agradecerles a todos ustedes lo que han hecho por mí. Habiéndome producido disgusto la bomba colocada en la Peña «Alegría de Iruña» manifiesto mi repulsa contra tal atentado y mi solidaridad con todo el Pueblo Navarro, ante semejantes provocaciones.
Muy atentamente les saluda y agradece sus atenciones: (firma)»
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En esta Comisión investigadora existen además una serie de pruebas que las consideramos de máximo interés, este memorial es:
* VARIOS CASQUILLOS DE BALA
* PLOMO DE BALA DISPARADA
* MATERIAL FOTOGRAFICO
* MATERIAL SONORO DE TODO TIPO
* CAMISA DE MOZO AGUJEREADA POR UN A BALA
* PANCARTA DE TXIKIS CON SANGRE
* Y UNA SERIE DE INFORMES Y PRUEBAS QUE MANTENEMOS EN EL SECRETO DEL SUMARIO, POR EL MOMENTO.
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La calle intransitable
Día 8
Tras lo sucedido en la Plaza de Toros, los incidentes se extendieron por la ciudad, siendo el escenario de los hechos más violentos la Avda. Carlos III y sus calles adyacentes.
Los enfrentamientos entre las F.O.P. y manifestantes fueron continuos durante varias horas. Tres coches fueron incendiados. Debido a balas de goma y a objetos contundentes numerosos establecimientos bancarios y comercios de la Avda. Carlos III aparecieron a la mañana siguiente con las lunas rotas y desperfectos en sus fachadas e interiores, resultando también rotos todos los cristales de numerosos coches aparcados en la zona.
A las 2 de la madrugada individuos sin identificar provocaron un incendio en la Diputación Foral de Navarra, en el departamento de archivos.
Día 9
El aspecto que ofrecía Pamplona el día 9 por la mañana, era desolador. Las calles se encontraban prácticamente desiertas de gente y los restos de los enfrentamientos de la noche anterior se podían observar en las calles del centro de la ciudad.
La Avda. de Carlos III parecía un campo de batalla cuando ya ha llegado la calma. Coches cruzados en gran número, restos de cristales por el suelo, trozos de piedras y ladrillos, más de 130 vehículos dañados en su carrocería y en sus cristaleras.
Como consecuencia de los disparos con fuego real hechos por la Policía la noche anterior se apreciaban con toda nitidez, numerosos impactos en edificios de las inmediaciones a Carlos III. Asimismo se recogieron gran cantidad de casquillos de bala.
El vallado del encierro, utilizado como barricadas la noche anterior, se encontraba totalmente desparramado a lo largo del recorrido.
Por otro lado, las calles de la ciudad se habían quedado desiertas, los campings y hoteles se estaban vaciando por momentos. Se notó un gran éxodo de visitantes que habían llegado a pasar el fin de semana (abandonaron Pamplona unos 250.000 turistas). Tanto la estación de autobuses como la de Renfe se vieron completamente desbordadas de viajeros. Varias líneas de autobuses dispusieron servicios especiales para los distintos puntos de la geografía.
Como consecuencia, los perjuicios los sufrió sobre todo el ramo de la hostelería (ver apartado de daños materiales).
Madrugada Domingo al Lunes
Sobre las 2 de la madrugada del domingo al lunes, la sucursal del BANESTO, sita en la C/. Mercaderes, fue asaltada, incendiando después los autores del hecho, archivos de la entidad bancaria y material de oficina. Los autores -4 EXTRANJEROS- volaron la cubierta metálica de la puerta de la entidad bancaria con un explosivo de poca importancia. Después se introdujeron en el interior y fueron sacando a la calle máquinas de escribir, archivos y otros materiales de oficina a los que prendieron fuego.
Se pudo comprobar como aparte de los autores además mencionados, había otros de ultraderecha de otras provincias del Estado, según han declarado testigos presenciales a esta comisión.
Muerte y funerales de Germán (1)
Hacia las 9 de la noche del día 8, tras los sucesos de la Plaza, y a pesar de las cargas de la Policía por el centro de la ciudad, se organizó una gran manifestación siendo muy difícil de precisar el número de personas que la componían, ya que las cargas de la policía hacían que la gente se dispersara y se agrupara continuamente. No obstante, y a pesar de los riesgos, la muchedumbre llegó hasta las proximidades del Gobierno. Allí pudieron oírse ya varios disparos, presumiblemente de pistola, y transcurrió más de una hora entre cargas y carreras desde el Gobierno Civil hasta Cortes de Navarra, por Carlos III y calles adyacentes.
Las lunas de Bankisur recibieron varios impactos de bala, efectuados por la Policía Armada
Las fotografías muestran impactos de bala, en varios establecimientos de Avda. de Roncesvalles y Carlos III
Estas son declaraciones de personas que fueron testigos presenciales de unos hechos reales que fueron negados vilmente al pueblo.
Así ocurrió para desgracia de quien lo negó.
Un pueblo que en aquellos momentos se encontraba solo, y sólo el capote de San Fermín evitó que hubiese habido centenares de víctimas, reaccionó con una serenidad inexplicable, ejemplo de un orden que «otros» lo convirtieron en desorden.
Muerte y funerales de Germán (2)
En un marco de dolor y de luto, las Peñas hicieron una convocatoria de despedida a Germán, tal y como se cuenta en la película de los hechos. El acto tenía un pleno sentido de dolor y de homenaje, ya que cualquiera pudo haberse llamado Germán.
Es por eso, por lo que se invitó a los ciudadanos a acudir con el traje típico de fiestas, así como con un crespón en señal de duelo.
A la convocatoria acudieron más de 30.000 personas. El temor a una nueva masacre en el cementerio, que el pueblo de Pamplona ya lo había sufrido con anterioridad, en el mismo lugar, hizo que no acudiesen otros muchos miles de personas.
El acto comenzó con una misa. Los rostros de los millares de asistentes estaban tristes.
«Nunca tan pocos, han hecho sufrir a tantos…
…El mismo día en que toda Navarra sabe darse cita, todos los años para trabar las manos hermanas, el mismo día que este pueblo quiere hacer un racimo de sangre, con nuestros hermanos vascos y con otros pueblos amigos. En este mismo día, alguien apostado desde su turbia obscuridad, nos rompe a tiros la copa de la fiesta común y nos la llena de amargura y sangre juvenil…
…Que nadie nos engañe y menos ningún intruso que venga de fuera a rodearnos. Que sabemos recoger el veto de la muerte y transformárnoslo en vida y en fiesta y en alegría para el futuro, que sabemos demostrar a los enemigos de nuestro pueblo, los de dentro y los de fuera, que este pueblo tan vejado sabe llorar y sabe reír…
…A la provocación planificada hay que responder con la tiesura propia de nuestra tierra…».
Estas fueron las palabras del oficiante, cuando un silencio total reinaba en la campa del cementerio.
Germán, a hombros de compañeros y amigos, llega al Cementerio de Pamplona
Panorámica durante la homilía del funeral por el alma de Germán
El último adiós a Germán
Posteriormente, llegó la comitiva fúnebre con el cuerpo de Germán. El momento fue indescriptible… Más tarde, un representante de las Peñas leyó un comunicado en el que tras manifestar el dolor de las mismas, exponían las condiciones expresadas en su primer comunicado.
1. Condena la actuación criminal de las mal llamadas Fuerzas de Orden Público.
2. Condena al Gobernador Civil de Navarra pidiendo y exigiendo su dimisión, así como la del Ministro del Interior.
3. Exigimos la inmediata retirada de las llamadas Fuerzas de Orden Público de la ciudad.
4. Exigimos responsabilidad civil y criminal ante los distintos hechos.
«…Condenamos enérgicamente a los organismos que atacaron de una forma u otra a nuestro Pueblo, y anunciamos la apertura de una investigación para exigir responsabilidades, civiles y criminales, hasta las últimas consecuencias, para lo que desde ahora solicitamos vuestro apoyo.
Es un compromiso que tenemos como pamploneses y como compañeros. Confiamos, Germán, que junto con San Fermín, nos ayudéis a conseguir la justicia que el pueblo clama».
Posteriormente, la hermana de Germán, se dirigió a los asistentes en medio de la emoción. Recalcó que la muerte de Germán podía ser casual, pero que no era casual. Que como él, podían haber muerto muchos, pero que no era casual que Germán estuviera indignado en la calle por los hechos de la plaza de toros. «También quiero deciros, que no creemos en un fallo de la policía armada, ni nada que se le asemeje, que pedimos responsabilidades a quien las tiene y nosotros también las tenemos claras…».
Tras una gran ovación en medio de infinidad de lágrimas, tomó la palabra un representante de LKI, partido al que pertenecía Germán. Después de hacer la biografía del fallecido dejó en el aire una serie de preguntas, a las que todavía el pueblo espera contestación.
Una vez finalizados los actos se organizó una multitudinaria manifestación con más de 30.000 personas hasta el lugar donde cayó mortalmente herido Germán. Así finalizó un acto en el que nunca tantas personas se identificaron con una sola… que pudo haber sido cualquiera.
Manifestación masiva tras el funeral y entierro de Germán en el Cementerio
Martín Villa en Pamplona. Corean su presencia, el Gobernador Civil, Sr. Llano a su dcha. y el Comisario Jefe, Sr. Rubio a su izqda
¿A quién obedece la policía? (1)
Esta misma pregunta se la están haciendo una gran parte de los ciudadanos. Una cuestión que surge en la barra del bar, en las tertulias de amigos, en la piscina o el centro de trabajo. ¿A quién obedece la policía? ¿Quién controla a las Fuerzas de Orden Público? ¿Quién ordena disparar, quién permite matar, quién es el responsable de tanta represión inútil contra el pueblo que está firmemente decidido a ser libre, por encima de las balas, los botes de humo y las pelotas de goma?
No conocemos su cara, pero sabemos quiénes son, qué es lo que pretenden y contra quién actúan. Por que no es nada nuevo descubrir que nuestra tierra es terreno de represión, paraíso de impunidades, en donde se castiga con errores los crímenes de otros.
Sin embargo, no conviene dejarse llevar por la subjetividad y la saña que caracterizan a los enemigos del pueblo. Hay que afrontar la realidad con serenidad y superar la angustia que todavía nos dura a quienes durante un año hemos preparado unos Sanfermines que iban a ser más nuestros que nunca, pero que, algún cerebro gris, desde no sabemos dónde, nos los ha arrebatado.
¿Qué podemos pensar de un comisario jefe de Policía -Miguel Rubio Rubio- que en momentos de nervios habla de los suyos como «Fuerzas Represivas»? ¿Qué se puede decir de un comandante de las F.O.P. que vino a Pamplona a sustituir al Comandante Imaz? ¿Qué hay que decir de un Gobernador Civil -Ignacio Llano Cifuente- que asegura no poder controlar la situación y que no tiene palabras para justificar la entrada de las F.O.P. en la plaza de toros? Al parecer se interpretó mal una orden, al parecer todo fue un error. Pero, un error, ¿de cuántos heridos? ¿de cuántas balas?
El Ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, de triste recuerdo para todos nosotros, aseguró en Televisión Española «que lo nuestro son errores, lo suyo son crímenes». ¿Errores? Errores, sí. Pero errores criminales porque Germán Rodríguez y Joseba Barandiarán murieron abatidos por las balas de las fuerzas del «error».
Fuertes contingentes de FOP, en los alrededores de la plaza de toros de Pamplona
La Policía Armada «pone orden» en la plaza con un sistema conocido: A golpes
Las Fuerzas Antidisturbios -o prodisturbios- disparan con fuego real en la plaza y fuera de ésta. Nos quitaron a Germán y en Germán a muchos jóvenes con vida, con ganas de respirar las fiestas de San Fermín, que son nuestras fiestas. El comisario jefe de Policía, Miguel Rubio, llegó a declarar que era él el responsable de las Fuerzas Armadas. Nosotros aceptamos su palabra y pedimos que cargue con las responsabilidades de una muerte, cerca de doscientos heridos y que pague al pueblo el daño causado.
Y nos seguimos preguntando, ¿a quién obedece la policía? Porque tenemos testigos que aseguran que varias personas fueron a negociar con oficiales de las F.O.P. un alto el fuego, para que el público se pudiera retirar de la plaza, y a pesar de que en esos mismos momentos llegaba una orden de cese del hostigamiento policial enviada por el Gobernador Civil, los antidisturbios cargaban con más fuerzas contra el público. Porque pudimos observar, en medio de aquel intenso infierno que nos tocó vivir en la tarde del día 8 de Julio, cómo cuando un oficial ordenaba la retirada de la policía, éstos cargaban con más fuerza que nunca, disparando pelotas y botes de humo sin parar. ¿A quién obedece la policía? ¿Quién es el individuo que a través de la radio policial se dirige a las Fuerzas Especiales y les ordena: «Dar la vuelta a la plaza. Preparar todas las bocachas y tirar con todas las energías y lo más fuerte que podáis. NO OS IMPORTE MATAR»? ¿Es que el Ministerio del Interior se va a cruzar de brazos ante un individuo que incita a la propia policía al disturbio, al terrorismo y a la muerte?
¿Quién es quién en los mandos, quién es quien dirige y manipula, quién es quien manda matar y mata, quién es quien manda cargar y carga, quién es quien manda ultrajar unas fiestas y las ultraja, quién es quien manda resistir nueve horas seguidas, pase lo que pase, quién es quien inyecta saña y odio? ¿Quién es quien manda dividir a un pueblo, a una cultura, quién es quien decide sobre nuestra libertad de expresión…? ¿Quién es quien ahoga nuestras gargantas hasta aniquilarlas con los gases o la muerte, quien es el responsable de dar muerte y de ultrajar unas fiestas sagradas? ¿Quién aterroriza a la población, quién es el terrorista? ¿Quién castiga a los responsables?
¿A quién obedecen las Fuerzas de Orden Público? ¿Quién está por encima, por debajo, en el centro, por delante y por detrás, a su derecha ya su izquierda?
Un miembro de las FOP dispara un bote de humo contra los tendidos
Aquí se han superado todas las cotas de violencia. Aquí nos han matado y han dado por toda respuesta que lo suyo son errores. Pero queremos a ese, o esos, que nos quieren enfrentar, que nos quieren matar. Que han matado a uno de los nuestros y que han sembrado el pánico, la destrucción y el terror. Queremos que sean juzgados con serenidad y que el pueblo -su carne de represión- conozca su castigo.
Queremos creer que la serenidad nos hará presenciar, en el banquillo de los acusados, a los que Intentar tomar la justicia por su mano. ¿Quién nos envenena y envenena el aparato policial?
¿O es que la policía tiene plena autonomía para todo tipo de acciones, sin tener más freno que sus propios instintos? Porque nos atrevemos a decir que, aquí y ahora, estamos viviendo una situación más difícil, más injusta y más insostenible que en años pasados, en años de dictadura.
Argumentar que todo lo sucedido se debió a un intento de separar a grupos de distintas ideologías, nos suena a Montejurra, a Vitoria y a sangre. Este es un montaje para dividir y separarnos, preparado por nuestros enemigos de siempre, y conviene decir que si la libertad es patrimonio de todos, no tienen derecho a organizarse ni disfrutar de sus beneficios los que se valen de la libertad para atacarla y atacarnos.
DATOS IMPORTANTES PARA COMPLETAR LA HISTORIA
LA POLICIA, desde las 8,30 del día 8 hasta las 5 del día 9, batió todos los récords en el uso de material antidisturbios y balas. En tan corto plazo de tiempo realizaron más fuego antidisturbios y más fuego real que en los seis meses anteriores juntos.
Los antidisturbios se retiran de la plaza por el callejón. Minutos después volverían a entrar por el patio de caballos. El resultado final: cerca de 100 heridos
Las armas utilizadas… Escopeta Rudo y fusil Nato, el usado para lanzar pelotas de Goma, con empleo de bocachas y también los llamados botes de humo o de ocultación, así como botes de gases lacrimógenos. En cuanto a armas de fuego real, emplearon la pistola individual calibre 9 mm corto y subfusil Z-70 ametrallador de calibre 9 mm Parabellum.
El material utilizado:
* Más de 5.000 pelotas de Goma
* Alrededor de 1.000 Botes de humo
* Alrededor de 1.000 Botes lacrimógenos
* Unos 100 proyectiles de 9 mm. Parabellum
* Alrededor de 50 proyectiles de 9 mm. corto.
Esto según sus propias declaraciones, aunque pensamos fueron muchos más.
¿A quién obedece la policía? (2)
El sábado cruento, día ocho, pilló desprevenida a toda la población. Pero al día siguiente, los radio aficionados grabaron largas horas de órdenes y diálogos de los antidisturbios. Era domingo. La ciudad sitiada. Tiros de goma intermitentes, con pausas. Miles de coches abandonaron la ciudad. Los camping prácticamente se vaciaron. Reinaba la desolación. y los contingentes de FOP amueblaron la capital.
A la noche, a partir de las diez y media, la tensión subía y también la excitación de algunos números. Extractamos por su interés y gravedad el testimonio directo, facilitado por varios radioaficionados, de los mensajes, órdenes y réplicas que se sucedieron desde las diez y media de la noche hasta pasadas las dos horas y media de la madrugada del domingo día diez al once.
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-Informe de la situación. Cambio.
-Tenga cuidado que han tirado un bote justo debajo de nuestra área. Cambio.
-(Voz muy alterada) ¡Defender el área; ¡cojones! Y defender a los gudaris como sea. Adelante. Cambio.
-(Voz pausada). Es que lo han tirado ustedes. Cambio.
-¿Cómo está la situación por ahí? Cambio.
-Absolutamente normal. Cambio.
-Han intervenido en alguna carga alrededor del Ayuntamiento. Cambio.
(…)
-Adelante «Vulcano 1». Cambio
-Informaban que querían mi información.
-Han intervenido en esos momentos. Cambio.
-¿Qué ha habido en estos momentos? Entiendo.
-Si habéis intervenido en el tiempo que lleváis ahí. Cambio.
-(Voz muy serena). Bueno, hemos lanzado, para mantener la distancia, así como unas cinco o seis pelotas nada más. A gran distancia, sin perjuicio ninguno. Hostigan, tiran de vez en cuando alguna piedra. Se ve bastante chavalería, porque son chavalería. Sin gran masa compacta y así lo mantenemos alrededor del edificio. Cambio.
-«J 2» para «J 1». Cambio.
-(Voz muy alterada). Yo estoy aquí en la Plaza del Castillo asomándome en el punto accional, y esto es un rollo del demonio. Estamos tratando de retenerles y contenerles con los procedimientos que tenemos. Es para título de información. Cambio.
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REPARAR TODAS LAS BOCACHAS y TIRAR CON TODAS LAS ENERGIAS
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-(Voz muy serena). Recibido, recibido.
-(Voz pausada). En primer lugar dejar siempre a alguien en el coche para que dé aviso y nos diga que estás todavía vivo ¿no? Y en segundo lugar, pues vamos a ver si te pones de acuerdo con «Vulcano 2» y haber si coges a esa gente por la espalda y empleando únicamente la goma. Únicamente la goma. A ver si disuelves un poquito todo lo que hay delante de la Diputación por la parte de Carlos III. Adelante. Cambio.
-(Voz serena). Empezamos a proceder, aunque es un poco difícil, porque inmediatamente se meten en la parte vieja, y parece que en esto existe la prohibición de entrar. Según me ha comunicado a quien he efectuado el relevo. Cambio.
-Entonces, quédate donde estás. Quédate donde estás. ¡Atención «Vulcano 2», de «J 1». Cambio.
-Atención «Vulcano 2» de «J 1». Vamos a ver: si te tiran piedras, tu misión principal es defender la Diputación. En el caso de que te tiraran piedras, entonces, claro, repele la agresión. Adelante. Cambio.
-(Voz muy alterada) ¡A estos la Diputación les importa nada! Les importan los coches nuestros que están apedreándolos continuamente ¿eh? ¡Es lo único que les importa! Adelante. Cambio.
-De eso estamos al cabo la calle. Cambio.
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DOSCIENTOS O TRESCIENTOS HIJOS DE LA GRAN PUTA
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-Andan escudándose aquí los gudaris.
-(La misma voz alterada) «Vulcano 2», dar la vuelta a la plaza. Preparar todas las bocachas ¡y tirar con todas las energías! Y lo más fuerte que podáis. No os importe matar. Adelante. Cambio.
-Adelante «J 1» para «Vulcano 0». Cambio.
-Enterado. Cambio.
-208 dame el enterado.
-Enterado Cambio.
-[La misma voz pausada y serena) Vamos a ver «Vulcano 2», refrena el vocabulario. Habla lo estrictamente indispensable. Y no te pases. Cambio.
-(La misma voz muy alterada). «Vulcano 2» ¡Y repeler lo que nos están haciendo estos doscientos o trescientos hijos de la gran puta que están aquí. ¡Repelerlos con los procedimientos que tenéis! Adelante 207. Cambio.
-«J 1» a «Vulcano 2». (Voz muy pausada). Contenga el vocabulario y limítese a como se ordena.
-(La voz alterada). Empieza a cachondear ¡tio!
(…)
-Vamos a ver. «Charli 2» de «Charli». Cambio.
-Dirígete rápidamente a la bajada de San Nicolás en la Plaza del Castillo que parece que se están llevando una escopeta de una armería. Cambio. A la calle San Nicolás, en una armería que hay ahí, parece ser que hay gente con unas escopetas. Corre a ver si los cazas. De la bajada de San Nicolás a Pozoblanco. Cambio.
(…)
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SIN TOCAR PARA NADA LA PANCARTA ESA DONDE CAYO EL CABALLERO ESE MUERTO
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-Adelante para equipo de «Vulcano 0». Cambio.
-Que se ponga «Vulcano 0». Cambio.
-Dar una serie de pasadas con una de las secciones. Deja la otra en la Diputación e intenta limpiar la zona esa donde estaban los doscientos o trescientos niños por ahí, pero sin tocar para nada la pancarta esa donde cayó el caballero ese muerto. Cambio.
-No se trata de dar pasadas, aunque las pasadas las estamos dando. Se trata de ponerse en dos bocacalles que van ahí, y mantenerlos a raya. Porque es el cuento de nunca acabar.
(…)
-Le dices a «Charli 2» que dentro de breves momentos se presentará por ahí el propietario. Que haga rápidamente el inventario de lo que han quitado de las armas. Armas solamente. Y venís a decirlo aquí rápidamente una vez que se haga cargo él de toda la tienda, os venís para aquí todos. Cambio.
-Recibido. Cambio.
-Entonces le decís lo siguiente: en cuanto llegue el dueño él se hace cargo de toda la tienda y automáticamente os venís para acá.
(…)
-Solucionado el problema. Se trata de la armería que hay donde la Plaza del Castillo, la armería Arana. Pero esto ya está resuelto.
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CON EL GOBERNANTE Y EL TENIENTE CORONEL
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-Enterado «J 1». Cambio.
-«P 9» cambio. «J 1» se retira con sus secciones como se había acordado. Cambio.
-Diríjanse a «P 9» y queden enterados. «C 3». Cambio.
-El «Segre» acaba de entrevistarse con el gobernante y el Teniente Coronel que acaba el relevo.
-No quiero ningún nombre por radio. No quiero ningún nombre por radio «Segre 3». Cambio.
-Nos encontramos en la cárcel. Cambio.
-No deis puntos. Di números. Tiene el número el guía. Digo si habéis procedido al relevo.
-«León 0» para «León 2». Cambio.
-¿Alguna novedad en el relevo? Cambio.
-Situación, sí ha variado en algo desde que estoy ahí. Cambio.
-No ha variado en nada. pero como no nos metemos con ellos, pues están llegando los cócteles alrededor de los coches nuestros y de los coches que están aparcados en la plaza, éstos van aumentando poco a poco. Adelante. Cambio.
-Se trata de mantenerlos a raya. Ocupar las bocacalles como lo hemos hecho antes y solamente actuar cuando se vea masa y no oyendo gritos. Cambio.
(…)
Así hasta casi las tres de la madrugada.
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Daños causados
Daños físicos
El balance total de heridos por bala en los incidentes registrados al final de la corrida y en horas posteriores, es de 11 personas. Todas ellas fueron atendidas en centros hospitalarios de la ciudad. De estas 11, una resultó muerta, GERMAN RODRIGUEZ SAEZ.
Heridos de bala:
* Ricardo Azcona Latasa, herido de bala en la rodilla izquierda.
* Fermín Ilundáin, herida de bala en sedal en el brazo.
* Philippe Bidegain, Bala en la columna.
* 2 heridos en la Clínica Universitaria, uno de ellos con entrada y salida de bala en el muslo.
* José Ramón Vélez Mendizábal, perforación doble de estómago y otra perforación doble de yeyuno que afecta al páncreas.
* Javier Arteta Pascual, herido de bala en mano izquierda.
* Javier Ibarrola Baranda, herido de bala en la región inguinal.
* Miguel Fdez. Diaz de Cerio, herido de bala en el tórax.
* Tomás Saso Clemente, herido de bala en la región glútea.
* Jesús García Martínez, herida de bala en el brazo con fractura de húmero.
Sabemos por distintos informes médicos, (véase, por ejemplo, declaración Mtez. de Lecea en la película de los hechos), que la cantidad de heridos fue terrible dentro y fuera de la plaza. Pensemos que la Cruz Roja atendió a 170 heridos desde las 9 de la noche hasta las 6,30 de la madrugada.
Y que conste, Sres., que no todos los heridos visitaron centros asistenciales, bien por entender que había casos más urgentes, bien porque no querían en aquellos momentos contar con una escayola colgando, bien porque lo primero que hicieron es huir al lugar de origen lo antes posible.
Nosotros, cotejando datos y declaraciones, no nos atrevemos a dar un número ni siquiera aproximado de distintos heridos, desde ataques de histeria, pasando por contusionados, axfisiados y demás. San Fermín, sin duda, echó el mayor capote de socorro en la historia de nuestras fiestas, porque quien estuvo allí, si es objetivo, reconocerá que aquéllo pudo haber sido una masacre.
Daños económicos
En declaraciones que constan en esta comisión, sin que estén todos los que han sufrido este tipo de daños, las cifras con que contamos son escalofriantes. Pensamos que sumando estos datos con los que faltan de declarar, llegaríamos a una cifra alarmante.
Solamente quienes entendemos que existen distintos negocios que basan su tesorería, sus ganancias, en estas fechas festivas del año, podemos comprender la gran cantidad de millones perdidos que nadie, aunque consigamos una recuperación, lo valorará como si todo hubiese transcurrido con la paz y con el trabajo que todos teníamos planeado.
Hostelería 38.000.000
Meca 49.391.000
Peñas 6.500.000
Espectáculos 6.000.000
Viviendas part. 5.600.000
Alimentación 4.800.000
Comercios 4.200.000
Vehículos 2.500 000
TOTAL 116.991.000
Insistimos que estas son las cifras presentadas como pérdidas en esta comisión.
Daños morales
A toro pasado y matado, se dice hay que democratizar las F.O.P., hay que, hay que… Cuántos «hay que» después de… Cuántos tendremos que decir todavía para que los Sanfermines vuelvan a ser lo que fueron, para que los ciudadanos puedan levantar la cabeza y el ánimo y cantar la coplilla de: «A San Fermín pedimos»… Cuántos «hay que» tendremos que decir y oír para que el personal levante la cabeza de esa tumba labrada con fuego. Cuantos «hay que» tendremos que pronunciar para que se nos devuelva lo que nos quitaron, lo que nos arrebataron sin ningún derecho, como si fuésemos un coto abierto con disposición a que francotiradores que no nos conocen, que no entienden y que no pueden entender nuestras fiestas, nuestra cultura, nuestro carácter, utilicen todo ello como blanco.
Queremos nuestras Fiestas nuestras y de quienes las quieren compartir con nosotros, con nuestras broncas y juergas, con nuestra lucha y con nuestra forma de ser. Quien no esté dispuesto a esto ¡QUE SE VAYA!
Los daños de un pueblo, la muerte, no tienen precio y no se pueden restituir con nada. Queremos comenzar de nuevo, pero nosotros solos. Sin que vengan a nuestra ciudad a cazar impunemente.
Balance de pruebas y declaraciones
En este primer dossier y sin faltar a la veracidad de lo recopilado hacemos un resumen de las encuestas, declaraciones y demás recibidas en esta comisión.
Declaraciones en la Plaza de Toros: 2.549
Testigos presenciales del exterior: 1.248
Dañados físicamente: 33
Daños económicos: 570
Dañados moralmente: LA CIUDAD DE PAMPLONA y LOS SANFERMINES 78
TODO EL PUEBLO NAVARRO y SUS VISITANTES
Los letrados ante la justicia
Introducción
Con motivo de los trágicos sucesos que se desarrollaron en Iruinea – Pamplona, los días 8 de Julio y siguientes, con resultados de muerte, lesiones y daños y que ocasionaron la suspensión definitiva de las fiestas de San Fermín, el Juzgado de guardia -Instrucción n.º 2-, abrió las oportunas Diligencias.
Con posterioridad dieron lugar estas diligencias a la apertura de un Sumario por muerte 151/78; Diligencias Previas 1.189/78 por lesiones a personas físicas; Diligencias Previas 1.188/78 por daños materiales, así como Sumario 154/78 por los hechos referentes a daños producidos en Palacio de la Excma Diputación Foral de Navarra. El desglose de la investigación de los acontecimientos, concretada en 4 causas distintas, lo fue a solicitud del Ministerio Fiscal.
La Sala de Gobierno de la Audiencia Territorial, a instancia del Ministerio Fiscal, nombró Juez Especial al Sr. Magistrado Juez, D. José M. Irigaray Undiano, coincidiendo el nombramiento en el Juez Instructor de Guardia que realizó la apertura de las Diligencias.
Resulta obvio que las Peñas de Pamplona son los genuinos protagonistas de nuestras fiestas. Son la expresión más conseguida del espíritu de nuestro Pueblo que implica una identidad total con la fiesta en sí.
Los hechos acontecidos, además de una agresión directa a ese espíritu, dan un balance de cientos de lesionados, heridos e incluso la propia muerte de Germán Rodríguez Saiz, de entre los mozos de las Peñas de Pamplona.
Consecuentemente con ello, se creó de inmediato una Comisión Permanente, cuyos únicos objetivos eran esclarecer la verdad de los hechos en todas sus dimensiones y colaborar con la justicia en la exigencia de las responsabilidades de todo tipo derivadas de tan graves y dramáticos actos.
A tales fines, la Comisión de Peñas decidió nombrar un equipo jurídico, integrado por cuatro abogados de distintas especialidades para dar un tratamiento global a los aspectos técnicos que se desprenden de los hechos. Está compuesto el equipo por los Sres.: J. Fermín Arraiza, Pedro M. Larumbe, Ángel Ruiz de Erenchun, José Antonio Urbiola.
Vías jurídicas
En una primera aproximación, el equipo jurídico está interviniendo, tanto en el Sumario abierto por la muerte de Germán, como en las Diligencias incoadas por lesiones.
En el primer caso y también representando los derechos de la familia de Germán Rodríguez, como acusadores particulares, se solicitó la unión en único Sumario de todas las Diligencias que pudiera resultar de los hechos iniciados en la Plaza de Toros la tarde del día 8 de Julio. A juicio de los abogados esta es la perspectiva correcta desde la que deben de ser tratados los hechos, tanto por los acontecimientos, como por su nexo causal. Por todo ello, entendían que se derivarían responsabilidades únicas de todos los acontecimientos, como fuerte presunción, a no ser que precisamente se probase lo contrario, rompiendo el nexo causal. Por Auto de 4 de agosto se ha denegado la acumulación en una sola causa.
En las Diligencias de Lesiones Físicas, está personado el equipo en nombre de diversos heridos. Se ha solicitado igualmente la unión de todas las Diligencias, con la misma fundamentación ya reseñada. En el momento de redactar estas líneas siguen personándose heridos de los acontecimientos en exigencia de daños y perjuicios.
En los dos casos anteriores se van a aportar pruebas, y solicitar nuevas diligencias e interrogatorios de investigación.
En las diligencias incoadas sobre daños materiales, ha habido también personación en defensa de gran cantidad de propietarios de establecimientos, de vehículos y de bienes dañados, como consecuencia directa de las actuaciones de la Fuerza Pública, así como resultados de las pérdidas ocasionadas precisamente en directa relación con dichas actuaciones, que obligaron a suprimir las fiestas.
Por otro lado, está finalizado el nombramiento ante Notario de Poder para querellarse, por las doce peñas de Pamplona. La querella se presenta ejercitando la Acción Pública contra el Sr. Comisario de Policía de Pamplona, que lo era en los hechos, Sr. Rubio, así como contra quienes resulten responsables, tras la averiguación en marcha.
Se estudia desde el ángulo jurídico de la responsabilidad patrimonial de la Administración del Estado, las indemnizaciones a que pudieran dar lugar las actuaciones tantas veces referidas. Las lesiones ocasionadas reúnen las condiciones legales para ser indemnizadas; esto es, se trata de daños efectivos, evaluables económicamente e individualizados, ocasionados por la actuación o funcionamiento de los servicios públicos, tal como indican los textos legales. De todas formas como el plazo para reclamar en vía administrativa es de un año, el equipo asesor viene prioritando la actuación en otras vías jurídicas.
Algunas dificultades
La decisión del equipo de letrados de dirigir sus actuaciones hacia el Comisario Sr. Rubio, no sólo se basa en su protagonismo de la entrada en la Plaza de Toros a la cabeza de las F.O.P., sino que. de modo inmediato es una de las personas posiblemente responsables, de la que resulta más factible solicitar su procesamiento.
Según la Legislación todavía vigente, para procesar aun Gobernador Civil por hechos protagonizados en el ejercicio de su cargo, es competente la Sala 2.a del Tribunal Supremo. De otra parte, para intervenir directamente contra cualquier miembro de las F.O.P.. la jurisdicción competente es la Castrense, dada la condición de Cuerpo Armado de las mismas. En dicha jurisdicción no cabe la acusación privada y no los familiares, ni los heridos, ni tampoco los perjudicados en su patrimonio podrían intervenir como parte en defensa de sus derechos lesionados.
Finalmente, respecto al Informe Oficial realizado a instancias del Ministerio del Interior, tenemos que decir que, al parecer, se basa en el expediente de Información Gubernativa n.º 217/78 incoado por orden de la Inspección General de la Policía Armada.
Según parece por informaciones publicadas por la prensa, se llegaba a la conclusión de negar que se hubieran realizado disparos de fuego real por parte de las F.O.P. en la zona Avda. Roncesvalles-Paulino Caballero, en donde resultaron heridos algunos mozos y muerto Germán Rodríguez. todos ellos por bala. También se ha dicho, según las mismas fuentes, que los hechos ocurridos venían provocados por un grupo especialista en guerrilla urbana, y de origen en dos provincias hermanas.
Esperamos que las pruebas practicadas en las diligencias judiciales rectifiquen estas asombrosas conclusiones a las que se ha llegado por información de quienes son parte presuntamente implicada en los hechos.
Conclusión
Los hechos acontecidos fueron tan notorios y de tan graves repercusiones que el equipo jurídico confía con bases sólidas, en que se llegue aun total esclarecimiento, con determinación concreta de las responsabilidades y de justas indemnizaciones.
Hasta ahora, en el Estado Español, otros hechos de magnitud similar, como los de Vitoria, Montejurra, Tenerife, Málaga, etc… no han llegado a ser totalmente explicados, ni resarcidos los daños. La razón posible de que subsistan tantos interrogantes en dichos casos, bien pudiera residir en las implicaciones políticas de aquellos acontecimientos.
El continuo e imparable avance del Pueblo hacia una Sociedad Democrática plena es la mejor garantía de que la justicia ocupe en su totalidad el trascendental espacio que le corresponde.
A modo de conclusión
Hay una cosa cierta: el esclarecimiento de los hechos es una labor de todos. La petición de justicia debe ser un deseo de todos. Los jueces, cuando llegue el momento, deberán determinar las responsabilidades. El recuerdo de recientes épocas pasadas en las que parte del poder judicial estaba sometido a la normativa del «ordeno y mando» debe quedar definitivamente zanjado.
Este es el momento de demostrarnos si de verdad la Democracia es algo más que una aventura en un tubo de ensayo; es decir, si el poder judicial tiene la suficiente independencia para actuar al margen de los intereses de cualquier grupo político, aunque sea el de la mayoría. Este es el gran dilema. Ahí es nada la Democracia. Nosotros creemos en la Democracia y en la Justicia. Hasta la próxima.
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Este dossier primero aparecido sobre los hechos acaecidos en Pamplona, está en tus manos.
Todas las acciones que a partir de estos momentos realicen el equipo de Letrados y las Peñas al respecto, serán divulgadas en hojas sueltas, para incluirlas en este dossier.
La Comisión investigadora de las Peñas, a partir de estos momentos, cesa en su gestión quedando la Comisión permanente de éstas, junto con los letrados, como gestores de la acción pública llevando adelante todas las gestiones que el dossier exija.
Pedimos a los ciudadanos sigan aportando toda la información que ayude a esclarecer los hechos, en las distintas sedes de Peñas.
Queremos agradecer a quien sigue creyendo en nosotros ya quien de una manera u otra han hecho posible este trabajo.
La Comisión de Peñas de Pamplona
Depósito Legal NA-866 1978
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Dokumentu hau ez dago euskaratuta. Gaztelaniaz, HEMEN
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LINIERS
HOLA AMIGOS
SERIA POSIBLE ENCONTRAR UN EJEMPLAR? GRACIAS Y SALUDOS
Dossier peñas 1978 ASI FUE SN FERMIN 78