Manifiesto, 8 de julio de 2018
Manifiesto, 8 de julio de 2018
El crimen perpetrado por la Policía el 8 de julio de 1978 no fue casual, sino premeditado. Así lo afirmó la Comisión Investigadora de la ciudad de Pamplona compuesta por su Ayuntamiento, la mayor parte de los partidos políticos, la totalidad de las centrales sindicales, la Comisión de Peñas y decenas de colectivos sociales y vecinales. Desde la emisora policial se ordenó: “Disparar con todas vuestras energías. No os importe matar”. Se trató de un crimen de Estado.
En la canción que Fermín Balentzia dedicó a Germán Rodríguez, muerto aquel 8 de julio, se dice: “… querían los asesinos matar la aurora anunciada”. La aurora anunciada era la de la libertad, la de la República; la de la unidad de los territorios vascos; la de las responsabilidades por los crímenes franquistas, la de la justicia social; la de la autodeterminación… Era la aurora que fue acribillada a tiros en Gasteiz, en Montejurra, en la semana pro-amnistía,….
40 años han pasado desde entonces y no ha habido Verdad, Justicia ni reparación. La impunidad ha sido total. Desde el Gobierno de UCD se boicoteó entonces todo tipo de investigación y la judicatura cómplice miró para otro lado. Y así hasta hoy, en que una Administración y unos tribunales de excepción herederos de aquellos siguen ocultando todo tipo de documentación y encubriendo a los criminales franquistas. Por el contrario, para los chavales de Altsasu todo es ensañamiento y arbitrariedad judicial. Nada que ver con el guante de seda con el que se ha tratado la Justicia misógina a los miembros de la “manada” ¡Esta es su justicia!
Los miles de personas que hoy estáis aquí sois la más clara muestra de que no han logrado borrar la memoria. Porque han sido 40 años de impunidad, pero también de dignidad. Aquí seguimos, “heridos pero alentados”, denunciando una vez más aquel crimen, pero también mirando hacia adelante. Porque el de hoy es un mero punto y seguido al que esperamos poner pronto punto y final. Conseguir Verdad, Justicia y Reparación sigue siendo nuestro objetivo y en esa dirección el trabajo realizado por la Comisión de la Verdad nos va a ser de gran utilidad, pues aquí no se ha acabado nada.
Nosotras, nosotros, no olvidamos. Y a los responsables de todo aquello, a Martín Villa y a aquella policía criminal les queremos repetir lo que Lluis Llach compuso para su canción “Campanadas a morts” tras conocer la matanza del 3 de marzo de Gasteiz: “Asesinos de razones y de vidas. Que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestras vidas y que en la muerte os persigan nuestras memorias”. A partir de este otoño la lucha contra la impunidad continúa.
GERMAN, JOSEBA, GOGOAN ZAITUZTEGU!